Una historia para erradicar la mentalidad de pobreza de raíz.
Una millonaria empresa minera debe comprar los terrenos que están alrededor de su zona de interés. Los dueños de esos terrenos aledaños son personas que se dedican a la agricultura de pequeña escala. Todos son pobres. En esa zona no hay luz, no hay agua potable, y para llegar a su escuela los niños deben caminar por más de una hora.
Sucede algo: La empresa minera ha empezado a comprar los terrenos. La gente empezó a vender. Una hectárea que usualmente se compraba en menos de mil soles (algo de 300 dólares), quintuplicó su valor. La empresa minera les decía: “Nosotros te compramos tus tierras y encima te vamos a dar trabajo.” Y la gente vendió con esa promesa: “porque les iban a dar trabajo.” Muchos de ellos recibieron cinco mil soles, diez mil soles, veinte mil soles y algunos pocos hasta más de treinta mil. Y ahí es donde se armó la jarana: con ese dinero empezaron a derrochar. Gastos y gastos. Que la fiesta, que el bautizo, que comprar una moto, que los muebles, que los zapatos…de pronto su dinero voló. Ahora no tenían ni tierras, ni dinero. Solo un empleo como obreros de la mina. Resulta que ahora la mina los ha botado. Después de un año de trabajo, la mina ha dicho que tiene que reducir su personal, así que se tienen que ir. Ahora esa gente ya no tiene nada. En ese mismo caserío hay un muchacho que no vendió sus tierras. Ese muchacho siguió con su visión de hacer un establo, y una granja… él ahora vende leche, carne, huevos. Puso una tienda. Tiene más de 1000 gallinas ponedoras. No quiso ser obrero, quiso ser su propio jefe. Eso sucedió en Cajamarca, que curiosamente es uno de los dos departamentos más pobres de nuestro País.
La pregunta es: ¿Muchas de las familias hicieron mal al vender sus terrenos? No necesariamente. Lo que sí estuvo mal es no INVERTIR SU DINERO. Cuando una persona no tiene educación financiera, su dinero se evapora. Es como algodón de azúcar en las manos de un niño. Esa es la diferencia: en las manos de un rico el dinero se multiplica, en las manos de un pobre el dinero desaparece. Ellos no quieren multiplicar su dinero, ellos quieren trabajo. “Que no falte la chamba.” “Que no llueva pero que, aunque sea gotee.”
Tienen un mal concepto de la palabra “gozar.” A manera de justificación muchos de ellos dicen: “solo se vive una vez.” Luego cuando les va mal dicen que están “jodidos pero contentos.” “Lo importante es la salud.” “No se gana, pero se goza.”
Segundo, a la gente no le falta dinero, le falta abrir la mente. No son pobres, son empobrecidos. No importa dónde estás, no importa que tan pequeño sea tu pueblo ni que tan olvidado esté, siempre hay peces… todo lo que necesitas es aprender a pescar. ¡¡Plata hay en todos lados, solo tienes que aprender a ganarla!!