Primero cultivamos un hábito, y luego el hábito nos cultivará a nosotros. Stephen Covey.
Cada pequeño hábito puede tener un gran impacto en su vida
“No puedes cambiar tu futuro, pero puedes cambiar tus hábitos y estos cambiarán tu futuro” – Marco Polo.
Los obstáculos que nos impiden alcanzar nuestras metas a menudo están dentro de nosotros. Y esta es una buena noticia, significa que depende de nosotros tomar decisiones, tomar medidas que nos lleven a la vida plena y serena a la que todos aspiramos. ¡Debemos asumir la responsabilidad!
No hay una poción mágica o fórmula milagrosa para cambiar tu vida y sentirte sereno y satisfecho. Depende de nosotros construir día tras día, las condiciones de nuestra felicidad y nuestro éxito. A medida que repetimos ciertas acciones, se convierten en hábitos y gradualmente son parte de nuestra vida diaria, nuestra forma de hacer y cómo ser… quiénes somos. ¡Somos la suma de nuestros hábitos!
Hay una multitud de hábitos de estilo de vida que se pueden cambiar nuestra vida diaria: la calidad de nuestra dieta, el nivel de actividad física, el manejo de nuestras emociones, la calidad de nuestros pensamientos, el nivel de relajación, la calidad de nuestras relaciones sociales o el nivel de satisfacción personal de nuestra vida.
Obviamente, no es fácil establecer un nuevo hábito y menos aún apegarse a él. Al principio requiere esfuerzo, pero el juego lo vale, cada pequeño hábito puede tener un gran impacto en su vida.
“Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia no es un acto sino un hábito”. – Aristóteles
1. Un objetivo específico.
Un hábito no tiene que ser un gran proyecto, debe responder a un objetivo específico y concreto. Piense en términos de resultados y cifras específicas, por ejemplo, “Quiero ahorrar 100 dólares más por mes durante los próximos 6 meses”, “Quiero perder 5 kilos en los próximos 5 meses”, etc.
Si su objetivo es demasiado vago, se desanimará y no sabrá por dónde empezar. Por el contrario, cuanto más preciso sea su objetivo, más fácil será elaborar un plan de acción con pasos concretos y específicos, y más motivado estará para poner en práctica los nuevos hábitos que le permitirán lograrlo.
2. Encuentre su “por qué”.
¿Qué lo motiva a establecer este nuevo hábito? Para comenzar y hacer el esfuerzo de comenzar un nuevo hábito, debe saber por qué lo está haciendo. ¿Qué lo motiva a tomarse el tiempo y la energía para hacer este nuevo gesto? ¿Qué sacará de él? ¿Le falta algo si no lo haces?
3. Un nuevo hábito a la vez.
No hay nada que le impida elegir 3 o 4 hábitos para instalar este año, pero es importante instalar un nuevo hábito a la vez, si desea asegurarse de mantenerlo.
4. Sea realista.
Comience con un objetivo realista y alcanzable que no interrumpa su horario y la vida familiar. Si la implementación de este nuevo hábito es demasiado restrictivo y le exige demasiada preparación y planificación de su horario y su forma de hacer las cosas, tendrá más dificultades para cumplirlo.
5. Participe.
Será más probable que ancle su nuevo hábito con el tiempo a medida que las personas que lo rodean (familiares, colegas y amigos) conozcan su enfoque y lo apoyen.
Por ejemplo, si su compañero de trabajo con el que está acostumbrado a tomar un café o una galleta de chocolate sabe que está tratando de detener el hábito por completo o reemplazarlo con un refrigerio más saludable, sin duda lo ayudará si ya no le pide este hábito, tal vez estará muy feliz de acompañarlo y cambiar este hábito con usted. Esta persona o grupo de apoyo puede ayudarlo cuando las cosas son más difíciles.
Los últimos estudios muestran que toma un mínimo de 21 días, pero más a menudo entre 60 y 90 días para establecer un nuevo hábito, entrenar las vías neuronales en el cerebro y conducir a un nuevo comportamiento.